domingo, 3 de junio de 2012

La hora del boludo

Hugo De Marinis

Veinte gatos locos se juntaron en el kilómetro 0 para replicar el cacerolazo porteño en protesta contra el gobierno nacional. Que hayan sido una veintena, según Los Andes, muestra cristalino como el agua pura, que el poder de convocatoria de los insatisfechos en la provincia dista leguas de los horrores que vociferan a garganta tendida. Esos veinte no alcanzarían para un picado futbolero intrabarrial. Pero más allá de las inevitables chicanas numéricas a los exaltados, no se pretende implicar desde estas líneas el sermoneo sobre cuán equivocados andan los veinte gatos locos. Al contrario: el disenso constituye una de las más apreciables bondades del ejercicio democrático. Demostrarlo, aunque sea en su más mínima expresión a quien lo quiera ver y oír, también. Lo notable, sin embargo, es lo epidérmico del reclamo. A los motivos de los enojados el diario centenario no le otorga ni una palabra. Hay tantos asuntos de los cuales quejarse al gobierno nacional y popular, tantos reclamos a las incomunicaciones y amagues inconclusos del oficialismo, tantas necesidades de profundizar el modelo por la buena senda, que esta manifestación jurásica no hace más que (auto) ofender el cociente intelectual de los que portan ideas distintas. Que esta movida – absurda pero peligrosa – cuente con el potencial de transferir pánico al resto de la sociedad sugiere que asistimos a la hora del boludo.

La Quinta Pata, 03 – 06 – 12

La Quinta Pata

1 comentario :

Adriana dijo...

Congratulations!!!!!! it's very good

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