domingo, 6 de enero de 2013

Juicios: lo que viene se resolverá en megajuicios

Ramón Ábalo

El jueves y viernes últimos del último mes de este año pasado, fueron también las sesiones finales de esta tanda que constituyen un segundo capítulo de los juicios que por lesa humanidad se vienen llevando a cabo en esta jurisdicción de la justicia federal. El tribunal oral No. 1 anunció que se vuelve en febrero, para de inmediato entrar a escuchar los alegatos de las partes y posteriormente dar el veredicto, que podría ser también a finales de ese mes de febrero.

Hay una inquietud de los organismos de derechos humanos en cuanto a que el paquete mayor todavía contiene 200 causas que deberían ser motivo de este accionar de la justicia federal. Si tenemos en cuenta que en cada etapa - primera y segunda - solamente han estado en la palestra no más de 30 causas, siguiendo el mismo ritmo, tenemos juicios para 10 años más como mínimo, lo que parece una barbaridad en cuanto ello significa que la totalidad de los factores principales, o sea testigos y acusados, ya no existirán Al menos, en gran parte.

Para el Tribunal y para las querellas la cuestión es preocupante y por eso se espera acciones más dinámicas. Algo de esto es posible que se analice y se llegue a seguir en cada etapa con una estructura de megacausas, lo que podría ser en cuanto se tipificaran momentos, tiempos, actores, lugares para agrupar decenas y decenas de causas en cada nueva etapa. La decadencia biológica, la senilidad, evitarlas como impunidad.

Así y todo, saldo positivo
Las cifras, devenidas de la información oficial en todo el país, y propias aquí en Mendoza, afirman que el 2012 fue un año positivo por los resultados de lo actuado en los varios juicios orales que se vienen realizando en todo el territorio del país. Resumiendo, ha habido 134 condenas lo que hace que a la fecha haya 378 condenados. En el banquillo de los acusados se encuentran 232 genocidas con juicios orales en trámites, y 1.013 procesados, consecuencia de los testimonios que se escuchan de las víctimas, con pruebas concretas que se aportan. En Mendoza, con 18 causas en trámites y 10 acusados, al menos van a ser involucrados otros 10 o 12 personajes directamente por crímenes de lesa humanidad, o complicidad.
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El saldo positivo se afirma también en que se han puesto en marcha los megajuicios, un concepto que los organismos de derechos humanos vienen proponiendo desde hace decenas de años. Los juicios más voluminosos se dan, en estos momentos, por la ESMA, en Buenos Aires; en La Perla, Córdoba; y Arenales y jefatura de inteligencia, en Tucumán. Por eso, entre los tres reúnen delitos de 1.500 víctimas y contra 150 acusados, además de los imputados que van a surgir durante los respectivos juicios. Esta temática de los megajuicios surge en firme por acordadas de la cámara de casación, la que instruye para que se evite reiteración de testigos y pruebas, como asimismo evitar el debate de hechos que ya están comprobados, fuera de toda discusión, como lo es la existencia de un plan sistemático de exterminio de personas. El cambio en profundidad de la actitud de este tribunal se debió al descabezamiento del titular Alfredo Bisordi, que de inmediato de haber sido desplazado, se convirtió en abogado defensor de genocidas. Aquí en Mendoza, por ejemplo, en las últimas sesiones de diciembre, se escuchó el testimonio de Roberto Vélez, ex preso, en dos ocasiones por su causa, pero hace unos seis meses atrás dio testimonio también en la causa de Ángel Bustelo. Es decir, testimonió tres veces. Y también Guidone, en su propia causa, dos veces.

Lo que falta no es poco
Como tareas pendientes se destaca la falta de confirmación de las sentencias, aquellas 134 condenas, no obstante que el tribunal de casación confirmó gran parte de esas sentencias, pero lo que falta para su afirmación final y total es la de la suprema corte, y ello se traduce en que cada vez más genocidas con condenas no firmes fallecen impidiendo que se haya hecho justicia, como asimismo la formación de jurisprudencia, para que sea un aporte para el futuro. Al respecto, ya ha habido condenas por delitos sexuales que fueron tenidos como delitos de lesa humanidad, pero sin estar confirmados por la corte, solo son delitos comunes. Con ese atenuante murió el suboficial de la fuerza aérea, Gregorio Molina, el que en esas primeras instancias fue condenado por delito de lesa humanidad en su autoría de violador sexual. Ya aquí en Mendoza el concepto se va aplicar a quienes por directa declaración de las víctimas, cometieron esas violaciones sexuales, y que ya hace un par de años la querella y el fiscal público pidieron que se aplicara ese nuevo concepto jurídico. Es lo que corresponde Y SERA JUSTICIA.

La Quinta Pata

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