domingo, 14 de abril de 2013

Historia y democratización

Bajo el imperio de la Ley Federal de Educación, tan propia de los ’90, los institutos de educación superior —en ese momento reciente ingresados en la administración provincial— comenzaron a desarrollar infinidad de acciones de formación, capacitación y extensión. Como parte de ellas, en 1996, y en homenaje a sus 80 años de trayectoria, la Escuela Normal Superior de San Rafael edita el volumen nº 2 de su publicación institucional “Formación docente continua”. Allí, bajo el rubro “Entrevista” le otorga la palabra al doctor Pablo Lacoste, quien propagandiza acerca del CINTER (Centro de Integración Territorial), interesante organismo en pro de la divulgación y promoción del conocimiento por y para todos, cuyo máximo logro de difusión fue la serie de cuadernillos editados por el Diario Uno (ver en EL BAÚL). Lamentablemente, no se registran nuevas informaciones sobre las tareas del mencionado organismo por lo que esta sección desconoce su actual vigencia.
Eduardo Paganini

Formación Docente Continua ha conversado con Dr. Pablo Lacoste historiador Presidente de la Comisión Directiva de una muy nueva asociación mendocina que está mostrando gran vocación de trabajo por nuestra cultura.
Nuestra intención es acercarles los principios que guían las acciones de este interesante grupo de estudiosos y docentes.

¿Qué es el Centro de Integración Territorial (CINTER)?
-Es una asociación civil sin fines de lucro, que se propone fundamentalmente contribuir a la producción y la difusión del conocimiento, especialmente en el ámbito de las Ciencias Sociales.

¿Qué actividades desarrolla para alcanzar este objetivo?
-Organiza cursos, seminarios taller, jornadas, congresos, conferencias, paneles publicaciones.

¿Cómo se coordinan estas actividades?
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-El CINTER ha diseñado una política de alianza con distintas instituciones para completar la cadena de investigación, elaboración y publicación. Ello permite que existan equipos de trabajo en los distintos departamentos de la provincia de Mendoza, con apoyatura de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo, escuelas de nivel secundario y terciario, direcciones de Cultura de los municipios, cámaras empresariales, bibliotecas populares y demás entidades.
Estas instituciones contribuyen con sus estructuras edilicias, académicas y operativas para un único fin: generar el espacio adecuado para las personas de los departamentos con interés en producir y comunicar. Los resultados de las investigaciones se presentan primero en forma oral, en las Jornadas, conferencias y paneles. Allí se enriquecen con los debates, para luego ser publicados.

¿Cuál es la relación concreta con las instituciones educativas del interior de la provincia?
-Estas instituciones resultan indispensables para que el CINTER pueda llevar adelante sus actividades. Por ejemplo, el año pasado, fue posible realizar las 1ras. Jornadas de Investigación Territorial en Rivadavia, porque la Escuela Normal República de Chile y la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Rivadavia colaboraron activamente. La Escuela fue la sede física del evento, y el personal del establecimiento trabajó activamente en toda la organización.
Este año, las 2das. Jornadas de Investigación Territorial se celebran en General Alvear con el protagonismo de la Municipalidad local y la Escuela de Agricultura. Ellos son los anfitriones, reciben a los colegas de toda la provincia y permiten que las actividades se desarrollen en un contexto cómodo y agradable.

¿Qué obtienen a cambio las instituciones?
-El CINTER les garantiza actividades educativas de buen nivel, con la participación de figuras consagradas juntamente con los jóvenes docentes y autodidactas que realizan sus trabajos en toda la provincia. Entre los primeros, basta recordar que el año pasado disertaron en Rivadavia Dardo Pérez Guilhou (ex ministro de Educación de la Nación y ex rector de la UNC )[1] y Arturo Roig (ex presidente del CRICyT). Este año disertaron en Gral. Alvear Hugo Chumbita (Universidad de Buenos Aires) y Leonardo León (Universidad de Chile).
Los organizadores locales tienen la posibilidad de ofrecer a su comunidad eventos de buen nivel, que habitualmente se realizaban sólo en la ciudad de Mendoza.

Pero más allá de los “consagrados”, ¿qué espacio hay para los talentos locales?
-Las Jornadas de Investigación, al igual que todas las actividades del CINTER, garantizan espacios reales de participación para el docente y autodidacta del territorio. Porque más allá de las conferencias magistrales (dos o tres), en el resto de las jornadas (que duran tres días), la actividad central gira en torno a las comisiones, donde se presentan las ponencias de los escritores locales. Ellos son los verdaderos protagonistas del evento.

Al organizar estas actividades, la institución local promociona su propio territorio; permite que docentes y demás asistentes del resto de la provincia conozcan el departamento (lo cual viene a llenar un vacío escandalosamente grande) y luego lo den a conocer en sus lugares de origen (escuelas, bibliotecas populares y demás ámbitos).
Además, el organizador genera espacios para sus hombres y mujeres; les facilita los contactos con sus pares del resto de la provincia, les brinda la posibilidad de disertar en público, y someterse a la crítica ante un auditorio calificado. Para muchos docentes, acostumbrados a estar durante años al frente de sus alumnos, en una situación asimétrica, este tipo de actividades les significa un desafío y una estimulante posibilidad de crecer de otra manera, complementaria del trabajo cotidiano frente al aula.
Por otra parte, en estas Jornadas se tratan temas originales. Quienes participan en estas actividades se pueden enriquecer con nuevos conocimientos que pueden transferir en su propia escuela.

¿Se publican estos trabajos?
-Buscamos distintas formas de llegar, de transferir. Por un lado, hemos tomado contacto con Ediciones Culturales de Mendoza para que publiquen una revista anual, con artículos presentados en las Jornadas. Este proyecto está bastante encaminado y depende de la Comisión Académica del CINTER.
Esta publicación será oficialmente del CINTER como institución.
Además, se han generado otros espacios para difundir los estudios que realizan los miembros del CINTER. Un buen ejemplo es la Serie - Territorios de la Provincia de Mendoza - que ha comenzado a editar Diario UNO el año pasado.
Se trata de compilaciones de artículos sobre un departamento en particular. En noviembre de 1995 se publicó el número referido a Tunuyán, con 64 páginas y numerosas ilustraciones. Un mes después se editó el número de San Martín y en enero el de Las Heras. A partir de marzo se duplicó el número de páginas para llegar a las 128. Ya se han editado las publicaciones correspondientes a Luján (marzo) y Rivadavia (abril). La colección continúa con Guaymallén (mayo), Junín (junio). La idea es completar los 18 departamentos hacia fin de año.
Estas publicaciones han permitido completar el circuito: el docente investiga el tema lo escribe, lo publica y lo puede trabajar en su clase con sus alumnos.

¿Cuál es el interés de los políticos y empresarios en esta propuesta?
-La publicación de estos trabajos no solo es útil para enriquecer la oferta bibliográfica en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Tiene una proyección más amplia, que ha despertado el interés de la clase dirigente de los departamentos como herramienta para la reflexión sobre los problemas concretos y sobre todo, la promoción del patrimonio local no solo desde un punto de vista comercial sino también turístico. Muchos empresarios han expresado el valor que tiene para sus respectivas firmas, la posibilidad de presentar el territorio donde tienen su sede a través de una publicación de estas características.
Y justamente ese interés de los empresarios y dirigentes políticos ha permitido financiar la publicación de los trabajos con una calidad aceptable: buen papel, fotografías, diagramas, mapas, cuadros, estadísticos, colores.

¿No se pueden editar libros en la forma tradicional?
-Por supuesto que sí. Y no cabe duda que a fuerza de realizar artículos de relativa extensión sobre temas puntuales, muchos miembros del CINTER llegarán a acumular tanto material que dentro de un tiempo estarán en condiciones de publicar su propio libro. En buena hora. El problema es la situación económica que sufre el país. En este momento, conseguir fondos para editar un libro al estilo tradicional, es una tarea muy difícil.
En Mendoza casi no existen editoriales privadas. Algunas se han puesto este pomposo nombre, pero son sólo imprentas. Imprimen libros contra pago en efectivo y por adelantado. Ninguna de esas llamadas “editoriales” se ocupa de arriesgar, conseguir financiación, promover autores y demás tareas inherentes. Son muy pocos los emprendimientos que cubren con este perfil, como Editorial La Sopaipilla, pero su capacidad es todavía muy pequeña, con perspectivas de editar un libro al año. Con aspecto a las editoriales públicas, aparecen las de la Universidad Nacional de Cuyo (fundamentalmente EDIUNC), que apuntan especialmente a un acotado público universitario especializado. También se incluye Ediciones Culturales de Mendoza, dependiente del gobierno provincial. Esta Editorial ha brindado un valiosísimo aporte a la promoción de los talentos locales, pero actualmente sufre los efectos de la crisis económica.
Para este año tiene previsto editar unos 25 libros para toda la provincia. La mayoría de estos títulos está integrada por trabajos entregados y aprobados para publicación en los últimos tres años que se han acumulado a lo largo del tiempo.
En estas condiciones, para un investigador local, que realice una monografía a lo largo de 1996, las perspectivas de publicarla en el corto plazo son bastante complicadas.
En este contexto, miembros del CINTER, hemos diseñado una forma alternativa para superar estos problemas. Y funciona.

¿Qué temáticas se trabajan?
-Nosotros sugerimos que se aborden temas relevantes y con posibilidades de profundización a partir de la disponibilidad de fuentes originales.
También exigimos tener en cuenta el estado de la cuestión y las posibilidades reales de acceso a todas las publicaciones sobre el tema. Pero más allá de estos límites, los docentes, escritores y autodidactas tienen completa libertad para elegir los temas que les interesen.
Ello incluye temas de la historia tradicional, como la gesta sanmartiniana. Pero incorpora aspectos fundamentales de la historia social, donde el protagonista no es el héroe de los libros tradicionales, sino el pueblo, la gente común que va construyendo la vida de su comunidad.
Esto ha dado lugar a artículos originales como la historia del automovilismo en Mendoza, o la historia de la Liga Rivadaviense de Fútbol, por citar un par de ejemplos. La historia del ferrocarril, las rutas terrestres y la aeronáutica también ha tenido su espacio en nuestras publicaciones lo mismo que la historia de la mujer, los escritores, pintores y demás artistas plásticos; bandas de música, coros, cines y teatros. Se trata de avanzar en un proceso de democratización del conocimiento.

¿A qué se refiere con la expresión -democratización del conocimiento?
-Se trata de ensanchar los canales de producción y difusión del conocimiento. Es decir, no solo en el punto de llegada sino también en el punto de partida.
Muchos senáculos [sic] se han sentido como dueños del monopolio de ciertos temas. “Este es mi tema” se suele escuchar en los pasillos de determinados claustros, reflejo de una concepción patrimonial de la cultura realmente anacrónica. Ello respondía a una forma asimétrica del proceso de enseñanza aprendizaje, donde están por un lado los consagrados y por otro el pueblo. El CINTER viene a arrasar con todo esto. El proyecto tiende a abrir canales de participación, estudiar los temas, rescatar experiencias y volcarlas en trabajos nuevos.
Por otra parte, también nos referimos la democratización del conocimiento en el punto de llegada es decir, en la preocupación para que los trabajos se publiquen y llegan al lector, en lo posible a precios económicos.
Nos interesa revertir la situación por la que atraviesan muchos centros de investigación académica que impulsan la elaboración de grandes informes que después quedan archivados en un depósito.

[1] Ambos cargos bajo la dictadura militar encabezada por el Gral. Juan Carlos Onganía. [N. de EL BAÚL]


s/d, Formación Docente Continua, Escuela Normal Superior Nº 9-003 “Mercedes Tomasa de San Martin de Balcarce”, San Rafael, 1996. Rectora Margarita Masciotti

Baulero: Eduardo Paganini

La Quinta Pata

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