domingo, 31 de agosto de 2014

Mendoza bastión de la literatura II

Eduardo Paganini (Baulero)

En la entrega anterior de EL BAÚL transcribimos la primera parte de la reseña que el poeta correntino Gerardo Pisarello había efectuado con motivo del IV Congreso de Escritores Argentinos en la ciudad de Mendoza hacia 1958. Allí se pudo verificar la cantidad y calidad de personalidades que asistieron a aquellas deliberaciones. Ahora es el momento de tomar contacto con las inquietudes, conflictos, problemáticas y propuestas que los trabajadores de la escritura elaboraron en la ocasión. Algunas de ellas nos asombrarán seguramente por su vigencia, otras por su desactualización, pero todas interesantes en cuanto abordaron desde temas meramente técnicos hasta cuestiones más globales y significativas como el tratamiento y búsqueda de un concepto de cultura nacional hasta una actitud de alerta por la paz mundial, en plena época de guerra fría.

Resoluciones

El pensamiento comprensivo y coincidente quedó evidenciado en las ocho comisiones que hicieron pronunciamientos únicos, sin registrarse un solo despacho en minoría. Sensibilidad gremial, cultural y cívica, que igualmente la tuvo la asamblea al dar por aclamación unas veces, y otras con mayorías casi de unanimidad, la aprobación a los despachos sometidos a su consideración.

Para dar una idea general y sintética de las numerosas resoluciones votadas por el IV Congreso de Escritores, las agruparemos bajo cinco títulos comunes:

Organización para Defensa Gremial y Cultural del Escritor

- Otorgamiento a la S.A.D.E. de poder por sus asociados para administrar y percibir derechos de autor.
- Ratificación de resolución sobre Contrato Tipo de edición.
- Supresión de impuesto a la labor intelectual.
-Contrato tipo para la utilización cinematográfica de los libros originales
-Preparación de un proyecto de Estatutos de la S.A.D.E. sobre bases gremial y federativa.
-Estudiar la creación de servicios sociales para los escritores asociados.
-Creación del Museo del Escritor Argentino.
-Participación de S.A.D.E. y filiales en los organismos oficiales que otorguen premios y entiendan en la protección del libro argentino.
-Recomendar a la S.A.D.E. organice la preparación de una serie de libros de ensayos sobre análisis de la realidad argentina.
-Propiciar intercambio permanente de intelectuales con propósitos de acercamiento, investigación y difusión de la cultura americana.
-Propiciar el nombre de escritores a establecimientos educacionales, parques, plazas, calles, etcétera.
-Proponer en el Primer Congreso Continental la creación del premio “Jesús de Galíndez”
-Solicitar ante los gobiernos de Puerto Rico, la libertad de Pedro Albizú Campos, y de Cuba, Guatemala, Nicaragua y Paraguay, la supresión de medidas contra escritores y artistas.

Estimación del trabajo del Escritor

- Gestionar la reforma integral de la ley 11.723 de régimen de la propiedad intelectual.
- Pedir en diarios y revistas un 50 por ciento de colaboración y material literarios para autores argentinos, latinoamericanos y extranjeros con 10 años de residencia.
-Retribución a los jurados en concursos literarios y por conferencias; y al escritor por parte de los organismos oficiales que organizan conferencias y editan libros o revistas.
- Sanción del proyecto de Ley que permita a los jubilados percibir remuneraciones como escritores.
- Adherir sin reservas al principio de las libertades según Declaración Universal de los Derechos del Hombre, y repudiar todo atentado contra esa condición básica de nuestra vida civilizada.

Defensa y difusión del libro argentino.

- Constituir un comité intergremial para la defensa del libro.
- Adquisiciones del Estado para las Bibliotecas Populares de un 80 % de libros de autores argentinos.
- Propiciar que por ley se haga obligatoria la creación de bibliotecas con libros de autores argentinos en embajadas, legaciones y consulados de nuestro país en el exterior, en barcos de bandera argentina, cuarteles y bases del ejército, marina y aeronáutica, hospitales, sanatorios y hoteles de turismo.
- Tratamiento preferencial por las empresas de publicidad para la difusión del libro de autor argentino.
- Ediciones al costo de libros de autores noveles, por imprentas oficiales.
- Constitución de cooperativas para ediciones de obras de autores argentinos.
- Pedir el 20% de su presupuesto al Fondo de las Artes para ediciones de libros de autor argentino.
- Estudiar la forma de lograr una más extensa colocación del libro argentino en el interior y en extranjero.
- Gestionar la supresión de trabas a la entrada, adquisición y salida de libros editados en América.

Labor cultural a cargo del Estado

- Gestionar una ley orgánica de cultura.
- Creación de nuevas Bibliotecas populares, dotándolas de recursos y material suficientes.
- Que se dicte una ley de radiodifusión.
- Apoyar gestiones contrarias a la demolición de edificios de teatros y que se declare de utilidad pública por el término de 10 años los edificios de todos los teatros del país.
- Restablecimiento de la Comisión Nacional de Cultura.
- Redistribución del Fondo de las Artes
- Pedir se prohíba la publicación de historietas en serie y novelas erótico-policiales.
- Gestionar de la Dirección Nacional de Cultura becas para trabajadores intelectuales sin límite de edad; subsidios y becas de los poderes públicos nacionales, provinciales y municipales, y la creación de un fondo para premios de fomento a las obras de actores regionales.

Declaraciones de orden institucional.

Si la preocupación preferente de este Congreso fue lo gremial, viendo de ajustar una entidad que defendiera la labor del escritor y sus beneficios materiales, no por eso dejó de lado otros problemas que, vinculados a intereses más generales del pueblo de la nación, importan por igual a la cultura y a la garantía de su desarrollo.

Vale la pena destacarlos y detenerse en la mesura de sus fundamentos. Méritos que unidos a su precisión, refuerzan el alcance de cada pronunciamiento. Nos referimos a las declaraciones sobre la actualidad nacional, el régimen educacional y a la no reglamentación del Art. 28, el archivo del ilustre Juan María Gutiérrez, la riqueza petrolera y la prohibición de las ramas nucleares.

En ellas queda documentado el pensamiento concordante de los escritores argentinos de posiciones ideológicas más diversas. El referente a la actualidad nacional dice:

“Le toca al IV Congreso Argentino de Escritores reunirse a los pocos meses del restablecimiento del régimen constitucional, cuando se inicia una nueva etapa en el desenvolvimiento del país.

Reiterando lo que es ya una tradición de nuestros congresos, los que siempre afirmaron el valor esencial de la libertad para el ejercicio de la profesión de escritores, corresponde decir que el deber de esta hora argentina es consolidar las instituciones constitucionales, vitalizar la democracia y vigorizar las bases orgánicas para su progreso, mediante un esfuerzo conjunto de pueblo y gobierno.

Para que ello pueda alcanzarse, se impone asegurar condiciones de estabilidad, y a tal fin es indispensable procurar la armónica convivencia de todos los argentinos, dentro del más celoso respeto por las libertades de expresión —en la prensa, el libro, la radiotelefonía y la televisión—, de cultos, de asociación profesional y gremial, de reunión, así como los derechos de las minorías políticas, y asegurar los beneficios de la justicia para todos los que trabajan y producen en el campo del espíritu y de la economía.

A dichos fines, el gobierno debe proponerse sinceramente asegurar las condiciones enunciadas, y los ciudadanos trabajar en activa militancia para defender sus puntos de vista, señalar errores y proponer soluciones o enmiendas; la responsabilidad recae sobre ambos.

Fundado en estas consideraciones, el IV Congreso Argentino de Escritores, compenetrado del papel que incumbe a sus miembros como ciudadanos de una democracia, declara que los altos intereses de la patria, en este momento de la vida argentina, reclaman el afianzamiento del orden jurídico y de las instituciones constitucionales, dentro del estricto cumplimiento de los principios antes señalados”.


Sobre el régimen educacional:

1) Que el régimen establecido por la Ley 1420 y por la organización universitaria en vigencia garantiza el respeto a todas las corrientes de pensamiento, y la libertad de aprender y enseñar, crea las condiciones necesarias para estimular a los niños y a los jóvenes en la búsqueda de la verdad y la adquisición del conocimiento; y contribuye poderosamente á desarrollar la personalidad del educando en el respeto de la libertad y la defensa de la democracia.

2) Que ese régimen reconoce el derecho de enseñar a todas las corrientes ideológicas, y, a la vez, entrega a las instituciones educativas de la Nación la vital y delicada misión de consolidar la unidad nacional al reunir en la misma aula a estudiantes cuyos padres proceden de todas partes del mundo, hablan diferentes idiomas, profesan todas las gamas de opinión en materia religiosa y se encuentran en las más variadas condiciones económicas.

3) Solicitar al P.E. que postergue la reglamentación del Art. 28 del decreto Ley 6403 hasta tanto el Congreso de la Nación considere la nueva ley universitaria.

Sobre el archivo de Juan María Gutiérrez:

Expresar la preocupación del Congreso por la pérdida de libros y documentos del archivo de Juan María Gutiérrez; plantear la necesidad de que se designe una comisión que trate de salvar el valioso material de que se trata.

Sobre riqueza petrolífera:

Que el problema del petróleo —como todo problema económico de gravitación nacional— está ligado íntimamente al problema de la cultura y es, de hecho, de incumbencia de este Congreso. Por lo tanto declara:

1) Que la explotación de la riqueza petrolífera debe quedar totalmente en manos argentinas, única manera de garantizar la independencia cultural del país fundada en su independencia económica.

Sobre la prohibición de las armas nucleares:

Considerando que el escritor realiza su obra con la esperanza de ser con ella útil a varias generaciones futuras, y considerando igualmente que por su autoridad intelectual y su responsabilidad moral tiene el deber de defender la vida, el IV Congreso Argentino de Escritores insta a las tres grandes potencias nucleares: Estados Unidos, Unión Soviética y Gran Bretaña a que en la reunión sobre desarme que comienza estos días lleguen a un acuerdo que permita el cese definitivo de las explosiones nucleares experimentales y la prohibición del empleo de dichas armas.

Próximo encuentro de Escritores

Si el beneficio inmediato de estos encuentros se da en una relación espiritual de los escritores, más allá se agrega, como contribución al trabajo que ha de venir, el conocimiento de una realidad —dimensión geográfica y mundo telúrico— que al llevarlos a la comprensión íntima del hombre, del pueblo y de sus problemas, los pondrá finalmente, en pasión de conciencia y de inteligencia, en la búsqueda común de soluciones.

Por lo pronto el IV Congreso ha pensado en la conveniencia de estos encuentros y ha resuelto convocar a tres nuevas reuniones a realizarse en el siguiente orden:

El Primer Congreso Continental de Escritores, aquí en la ciudad de Buenos Aires, el año próximo.

El V Congreso Argentino de Escritores para 1960; aceptándose el ofrecimiento de los poderes provinciales de realizarlo en Resistencia (Chaco)

Y un Congreso de la Cultura Nacional, para considerar el temario aprobado que será propuesto por la S.A.D.E.:

1) Bases para el desarrollo de una cultura nacional.
2) Reforma educacional como base de una cultura argentina.
3) Causas que impiden el desarrollo de la cultura argentina
4) Conocimiento del país como condición de la cultura argentina.
5) Derechos y deberes de los trabajadores intelectuales frente al destino del país.
6) Bases para una organización permanente de los trabajadores intelectuales.

El Congreso comprenderá delegados de las instituciones adheridas y otras personas prestigiosas.

Tales son los aportes de alcance, económico y cultural, de las deliberaciones y de las resoluciones tomadas por el IV Congreso Argentino de Escritores que puso en todo momento voluntad y amplio espíritu de unidad constructiva.

El resultado del Congreso que se ha tratado de registrar en esta crónica, con sus resoluciones y peticiones, justifica una apreciación final.

Hay que destacar, en primer lugar, ese pensamiento comprensivo y coincidente a que hacíamos mención al principio, porque eso constituyó el sello característico del Congreso y fue el que lo condujo al éxito. Nadie se sintió incómodo al no necesitar hacer renunciamiento de conciencia o abdicación ideológica. Las posiciones particulares no contaban, sino en cuanto servían a crear un mayor o menor entusiasmo a ese objetivo común, que era afirmar un frente de los escritores en defensa de intereses comunes y de garantía a la labor del trabajador intelectual.

Hay que decir, también, que este Congreso reveló una actitud de los escritores argentinos. Actitud demostrativa de una sensibilidad atenta a problemas de orden más general, vinculados a los intereses públicos. Y esto es tanto como advertir que la cultura, con las instituciones democráticas y los bienes materiales, son por igual patrimonio de la nación y del pueblo.

De ahí que este IV Congreso de los escritores haya echado las bases orgánicas y preparado el vínculo espiritual para transformar la S.A.D.E. en una sociedad nacional y federativa. Pues poseído de ese nuevo y vital impulso demostrado por sus integrantes, y que pasará a la entidad engrandecida y pujante, la hará gravitar como una fuerza de opinión en la vida del país.

Comenzando de aquí y sin abandonar ya esta práctica de trabajar con buena voluntad, y unidos, en la solución de problemas con beneficios para todos, los escritores contarán en la consideración pública. Es el camino constructivo que los conducirá a la realización permanente y a “su finalidad última —que como decía el presidente de la S.A.D.E. en el discurso inaugural— no puede ser otra que el diálogo en procura de miras comunes para la mejor defensa del hombre y de los intereses del pueblo”.

Fuente: Gerardo Pisarello, El IV Congreso de escritores argentinos en Cuadernos de Cultura, Buenos Aires, enero de 1959, Año IX, Número 39. Director: Héctor P. Agosti.

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La Quinta Pata