domingo, 14 de septiembre de 2014

Terminando libros

Rolando Lazarte

De vez en cuando, termino de leer algún libro que había empezado en otra oportunidad. Recientemente, fue el caso de “O jovem trovador,” de Cronin. Antes, “Ciudades Muertas,” de Miguel Otero Silva.

Cuando termino de leer algún libro empezado, me viene una satisfacción profunda, como si hubiera terminado una jornada. En algún sentido, esto es literal. En otro sentido, un sentido más completo, termina una experiencia.

La lectura es un viaje, o son muchos viajes. Muchas veces me llama la atención el viaje interno que hago cuando escucho a otra persona, cuando veo una película, o cuando leo un libro. Creo que esto nos pasa a todas las personas.

Entonces terminar un libro es concluir una exploración de mi propio mundo, que inicié de la mano de un autor o una autora, que me fueron llevando a lugares que ellos conocieron o crearon. Y en ese viaje por su mundo, me adentré más en mi propio ser, en mi propia realidad.

Ahora estoy prosiguiendo con la lectura de otro libro de Cronin, “A coragem de resistir.” Un joven con un brazo defectuoso, y su vocación de ser médico. Sus luchas contra el prejuicio y la discriminación.

Cronin en particular, es un autor que cambia bastante de estilo entre un libro y otro. Cambia y permanece. Uno se va adentrando en la personalidad y en las vicisitudes de los protagonistas, frecuentemente enfrentando problemas vocacionales o conflictos oriundos de la religión o la nacionalidad.

Cada autor o autora tienen un cierto repertorio de caminos que nos invitan a recorrer. Sus caminos y los nuestros se hacen como un haz, un caleidoscopio, una rueda que gira. Me siento acogido profundamente por los libros de literatura y de poesía. No son libros que me quieran imponer una visión de mundo o una verdad. Más vale al contrario, en su apertura, me hacen ver mundos más vastos que los que el prejuicio y lo aprendido pueden permitir.

Recordando muchos de mis autores y autoras favoritos, es como si se recompusiera mi unidad vital, muchas veces fragmentada en el diario existir y coexistir. Pienso en Julio Cortázar y en Jorge Luis Borges. Graciliano Ramos y Cecília Meirelles. Lya Luft y Anaïs Nin. Gabriela Mistral y José Saramago. Todos los libros y las autoras y autores, son como que una morada gigantesca donde me puedo cobijar siempre que lo necesite.

La Quinta Pata