domingo, 19 de octubre de 2014

Cristina: "Si me pasa algo... miren al norte"

Ramón Ábalo

Las manos que asesinaron a dos parlamentarios de Venezuela, una pareja de jóvenes que lidera a la juventud bolivariana, chavista, latinoamericanista, revolucionaria fueron adiestradas en el Norte, quién lo duda, quien lo niega. Menos Maduro, el presidente venezolano. Menos Fidel, que se salvó de cientos de atentados contra su vida, ni el Evo de Bolivia, ni la Dilma, de Brasil, ni la Bachelet de Chile, ni el ecuatoriano Correa, ni el oriental Mujica. Ni siquiera los cipayos de Colombia, de Perú y de Méjico se van a salvar sino hacen bien los deberes que les impone el imperio. Esto le pasó a Al Quaeda, que lo entrenaron para liquidar a los soviéticos en Afganistán. A Hussein, que lo mandaron a liquidar a Irán y a los kurdos; y ahora el "Estado islámico" contra Siria, como también a los ucranianos antirusos. Y en el pasado reciente a Allende de Chile, a Jacobo Árbenz de Guatemala, a Sandino de Nicaragua, a João Goulart de Brasil... a la Latinoamérica toda.

Por eso la presidenta argentina Cristina, fue concreta y valiente cuando hace unos quince días atrás, al comentar el enfrentamiento con los fondos buitre y recordar una parte dramática de nuestra Latinoamérica dijo entonces: "...si me pasa algo, no miren al Oriente, miren al Norte... después de ver las cosas que se están haciendo (lo de Palestina, Siria, Irak, Afganistán, Libia) y desde determinadas sedes diplomáticas y escuchar las cosas que han dicho de la Asamblea General de la ONU, no me quedan dudas. Digan lo que digan, si me pasa algo no miren a Oriente, miren al Norte... ", aludiendo así al llamado Estado Islámico, en su momento armado y catapultado por los mismos yanquis en zonas de Siria e Irak. En aquel país para derrocar al presidente elegido democráticamente por el pueblo sirio, y al destruido Irak porque aún no ha podido apoderarse totalmente por la resistencia de ese pueblo.
Algunos de los casos más emblemáticos de la criminalidad universal del imperialismo están expresados también en nuestra Latinoamérica. A varios de ellos necesariamente los tenemos que señalar para acentuar la esencia prepotente y criminal de las políticas yanquis desde siempre, desde el mismo momento en que logró su independencia.

Algunos de los magnicidios provocados por el imperialismo los destacamos:

JORGE ELIECER GAITAN – Colombia

El magnicidio de este líder colombiano ocurrió el 9 de abril de 1948. Entonces se lo consideraba el más firme candidato a presidente de Colombia. Ese día recibió tres impactos de balas que le causaron la muerte. Gaitán salía de su oficina para concurrir a una cita con el estudiante cubano Fidel Castro que vino al país con motivo del Congreso de las Juventudes Latinoamericanas. Según testigos, el autor fue Juan Roa Sierra, quien murió linchado por el pueblo enfurecido: la rabia de la impotencia, la inconformidad de la mayoría de los sectores más pobres, que veían en Gaitán una esperanza política y social de un país con menor desigualdad económica y con una reforma agraria justa, se desató la bronca y el "bogotazo" daría inicio a una época violenta, tras de la cual 200.000 colombianos perecieron en una guerra civil desatada a raíz del asesinato. Gaitán había creado la Unión Izquierda Revolucionaria (UNIR), fue Alcalde de Bogotá en 1936, ministro de Educación, de Trabajo y profesor universitario. Fue el abanderado de la reforma agraria y acuñó los términos del país político y del país nacional. Vivió su lucha rodeado por la violencia de los intereses de la oligarquía, "las cuales no responden a las necesidades del país nacional" afirmaba. Y también fue blanco del imperio yanqui, cómplice de la oligarquía criminal.

AUGUSTO CESAR SANDINO – Nicaragua

"Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte, y si morimos nuestra causa seguirá viviendo. Otros nos seguirán. Mi mayor honra es surgir del seno de los oprimidos, que son el alma y nervio de la raza"

En su adolescencia fue testigo de la primera gran intervención del imperialismo yanqui en su tierra, Nicaragua, que culminó con el asesinato del general Benjamín Zeledón, un patriota. Y sigue diciendo Sandino: "…era yo muchacho de 17 años y presencié el destace en Macaya y otros lugares de la República por las fuerzas filibusteras de los yanquis... por esa razón la guerra en que hemos estado empeñados". Se convierte a la causa antimperialista en 1926 mediante la guerra de guerrillas. En 1927 se constituye el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua. Después de varias batallas enfrentando a los yanquis y a los traidores, el 21 de febrero de 1934 fue asesinado por el poder político de Sacasa, el presidente y las tropas invasoras de EEUU. Aquí aparece el Gral. Anastasio Somoza como jefe de la Guardia Nacional. En enero de 1933 había triunfado la causa sandinista al retirarse vencidos los invasores yanquis.

JACOBO ARBENZ - Guatemala.

Fue una operación encubierta organizada por la CIA para derribar a Jacobo Árbenz, presidente de Guatemala. Encabezó una serie de reformas que los yanquis consideraron comunistas y las atribuyeron a la influencia de la Unión Soviética. Principalmente Árbenz promulgó una reforma agraria que enojaba a la multinacional yanqui United Fruit Company, y los intereses de la oligarquía guatemalteca. Todos los latifundios fueron parcelados y entregados a los campesinos sin tierra. La bananera se convirtió en la principal perjudicada por la reforma al serle expropiadas 153.171 has, o sea el 74 % de lo que poseía. Era la UF demasiada poderosa como para aceptar el golpe de una República que formaba parte de su imperio. Además, Árbenz había legalizado al Partido Comunista y algunos de sus miembros formaron parte del gobierno. Norteamérica, organizó y concretó un golpe militar y derribó a Árbenz, que tuvo que exiliarse. Fue en el 1954. Árbenz murió en Méjico en 1971, a los 57 años de edad, consumido por el exilio, lejos de su patria. Cabe señalar, que nuestro Che Guevara, todavía viajero y "descubridor" de la realidad social de Latinoamérica, se había aposentado en la Guatemala de Árbenz, prestando su apoyatura como médico que era. Cuando el golpe pudo exiliarse en la embajada argentina y fue el mismo Perón, todavía presidente de la Argentina, que exigió y logró que se le diera el pasaporte para salir del país. Ello le permitió llegar a Méjico, conectarse con Fidel y sumarse a una epopeya que cambió la historia de los oprimidos del mundo.

LOS QUE SIGUEN: En los próximos números explicitaremos, como el asesinato de Allende, las de otros mandatarios latinoamericanos "ajusticiados" por el imperialismo yanqui apelando a distintos métodos, y siempre con la apoyatura de las oligarquías y las derechas políticas de los respectivos países.

La Quinta Pata

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