domingo, 16 de noviembre de 2014

Audiencia 52: Ni olvido ni perdón

Declaró Isabel Güinchul, referente de Familiares de Desaparecidos en Mendoza, quien testimonió por el secuestro de su esposo, Emiliano Pérez, y dio cuenta de su propia detención debido a su protagonismo en la lucha encarada por los Organismos de DDHH. También compareció Alejandro Salomón, hijo del periodista Juan Salomón Yapur, para referirse a la detención de su padre, ocasionada por una publicación que incomodó a los militares.

Emiliano Pérez tenía 44 años cuando fue secuestrado junto a su sobrino Jorge Pérez en el marco del operativo de abril del ’77.

Elda Isabel Güinchul, cónyuge de Emiliano, desgranó las circunstancias que precedieron la desaparición de su esposo, en consonancia con lo declarado en el día de ayer, por su sobrina Rosa Pérez. A partir del golpe militar, la familia Pérez fue objeto de persecución y soportó un operativo el 24 de marzo, que concluyó con la detención de Horacio Paradiso, novio de una sobrina de la declarante.

Meses después, en febrero de 1977, el matrimonio Güinchul-Pérez, junto a sus dos hijas, se trasladó a una vivienda que estaban construyendo sobre un terreno de propiedad de Albino, hermano de Emiliano, en el Departamento de Las Heras. Al mes siguiente, su sobrino Jorge, se refugió en esa casa para eludir la persecución de la que era objeto por su pertenencia a la JP-Montoneros.

En horas de la tarde del 6 de abril, con un gran despliegue en el barrio, irrumpió en la vivienda un grupo de tareas integrado por gente de civil con borceguíes que tomaron a Emiliano, depositándolo en el baúl de un auto azul, y luego se abocaron a Jorge Pérez, preguntándole “¿dónde están las armas?” hasta que lo introdujeron en otro auto. Mientras realizaban las acciones, Isabel fue interrogada sobre algunos nombres. Con la partida de los vehículos, llevándose a los secuestrados, se perdió el rastro de Jorge y su tío Emiliano, quienes permanecen actualmente desaparecidos.

Un par de horas después llegó a la vivienda allanada un patrullero de la División Investigaciones con personal de civil para anoticiarse de lo acontecido. Poco después, otro de la Seccional 16 de Las Heras y finalmente, un tercero de la subcomisaría de El Algarrobal, el que fue abordado por Isabel Güinchul, quien asentó la denuncia de los secuestros en esta dependencia. Isabel subrayó que nadie había denunciado el procedimiento por lo que las diligencias policiales resultaban llamativas.

La casa fue devastada: picaron los pisos, destruyeron el techo y robaron todo lo que pudieron, “ni los portafolios de mis hijas quedaron”, dijo la testigo. La vivienda quedó inhabitable por lo que Isabel y las niñas fueron acogidas por las vecinas para pasar la noche. En los días siguientes el lugar fue ocupado por personal de la IV Brigada Aérea. Finalmente, Isabel con sus hijas fueron recibidas en casa de sus familiares y nunca volvieron al lugar.

El fiscal Dante Vega pregunto a la testigo si conocía a las víctimas del Operativo de abril del ’77. Al mencionarlas una a una, Isabel dijo solo conocer personalmente a Gloria Fonseca, la pareja de Jorge Pérez, quien fue a su casa un par de veces. A las otras personas solo las conoció a través de los relatos de sus familiares.

Al cerrar la declaración, Isabel dijo que temió que el tiempo transcurrido le jugara una mala pasada y enfatizó “no me olvidé de nada” y dijo recordar hasta qué ropa llevaba puesta su esposo hace 38 años atrás.

Persecución a los Organismos de DDHH

Isabel Güinchul era una sencilla ama de casa sin ninguna participación política al igual que su esposo Emiliano, quien era un mero simpatizante del peronismo.

El 6 de abril del ’77, cambió su vida: “iba a la 16º (seccional de Las Heras) todas las mañanas a preguntar por mi esposo”, dijo, y desde ese momento se dedicó a la búsqueda de Emiliano y los demás desparecidos.

En 1980 cuando esperaba entrar en el local de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, para reunirse con Marta Agüero fue interceptada por la policía. Con la excusa de que en el lugar había armas, le exhibieron explosivos, retiraron publicaciones y se llevaron a las dos mujeres con destino al D2. Isabel permaneció dos o tres días encerrada en ese Centro Clandestino de la Policía de Mendoza. Antes la condujeron al domicilio que compartía con la familia de su cuñado, Albino Pérez; como el hombre protestara por la detención de Isabel también lo detuvieron, relató la testigo.

La vigilancia y el acoso a los familiares de los detenidos y desaparecidos fue una constante durante toda la Dictadura. A pesar de ello, Isabel atravesó todos los gobiernos de turno reuniendo datos, papelitos, relatos, gestionando demandas, presentaciones judiciales y todo lo que permitiera echar luz sobre el destino de los desaparecidos de Mendoza. En la actualidad está abocada a la identificación de los restos NN sepultados en el cuadro 33 del cementerio de la Capital, acompañando la tarea del Equipo Argentino de Antropología Forense EAAF.

Al final de su testimonio Isabel Güinchul aseguró que “nos rompieron la vida, nos dejaron sin ilusiones […] dijo: “los mataron” y agregó “… pero en la vida todos pagamos lo que hicimos…”. Dirigiéndose al Tribunal dijo: “Soy una agradecida de estar en este lugar”.

Sus hijas, nietas y biznieto la acompañaron desde el público. Antes de retirarse recibió el abrazo emocionado de sus compañeros y compañeras.

50 días de prisión

A continuación declaró Alejandro Salomón, por la causa que lo tiene como víctima a su padre, Juan Salomón Yapur, ya fallecido.

En el año 1977 Juan escribía para un semanario vitivinícola y en uno de sus artículos denunció irregularidades en un sindicato intervenido por los militares. A raíz de ello lo citaron a una reunión para el 1 de abril. Una vez en el lugar tuvo un altercado con el coronel Landa Morón, quien oficiaba como responsable del sindicato. En el momento de la discusión, el coronel le introdujo una bomba molotov en el bolsillo del pantalón y acto seguido hizo sonar su silbato para que los soldados se lo llevaran.

Por unos días estuvo desaparecido. Alejandro y su madre comenzaron gestiones judiciales: presentaron una carta documento ante el Ministerio de Justicia de la Nación y un habeas corpus patrocinado por el estudio jurídico del doctor Monfarrel. También contaron con el apoyo de las entidades periodísticas AIRA y ADEPA.
Como resultado de la búsqueda fueron informados que Juan Salomón Yapur había ingresado a la Penitenciaría por orden de la 8° Brigada de Infantería. El director del Penal pidió que se le informara la causa de la detención o que se presentara el decreto a disposición del PEN, ambos inexistentes, según consta en el prontuario penitenciario aportado como prueba. Sin embargo, estuvo allí detenido hasta el 17 de mayo de 1977, fecha en que recuperó la libertad.

Finalmente, preguntado sobre posibles torturas aplicadas a su padre, Alejandro sólo sabe que fue retirado para que le cortaran el pelo, pero afirma que sí padeció torturas psicológicas durante su cautiverio.

La próxima audiencia se realizará el martes 18 de noviembre, con las declaraciones domiciliarias de Helga Tenembaum y de Dalmiro Camargo.

Fuente: https://juiciosmendoza.wordpress.com/

La Quinta Pata

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