domingo, 1 de marzo de 2015

Audiencia 63: Crímenes en Guaymallén

José Luis Laudani
En la audiencia de hoy se retomó el análisis del asesinato del matrimonio Laudani /José a través del testimonio del hermano de la mujer, José Luis Laudani, y del forense, Rodolfo Orozco. La jornada cerró con la declaración de José Osvaldo Nardi, quien relató la embestida de la represión contra siete miembros de su familia.


Por teleconferencia, desde Mar del Plata, declaró José Luis Laudani, por la muerte de su hermana, María del Carmen y su esposo, Jorge Alberto José, ambos ejecutados frente al vecindario de San José, en las inmediaciones de Alberdi y Uruguay, del Departamento Guaymallén. El operativo fue realizado por fuerzas conjuntas y gran despliegue, el 10 de abril de 1977.

Laudani describió a su única hermana como una excelente persona, estudiante de antropología. A los 22 años, después de un año de haber contraído matrimonio, la pareja se mudó a Mendoza cuando la empresa telefónica en la que él trabajaba lo trasladó a la Provincia. Laudani sabía que su hermana y esposo eran militantes peronistas y vivían en un pequeño departamento. Agregó además que con la pareja convivía un niño a quien le decían Tito, del que, después de los hechos referidos, no se supo más nada y se lo dio como desaparecido.
A pesar de las preguntas de la querella sobre el tema, el testigo no pudo ampliar la información y sólo se comprometió a enviar una foto del niño, que obra en su poder, y otras tomas de la pareja.

La madre de María del Carmen, luego de una intensa búsqueda, pudo dar con sus cuerpos, sepultados con otros nombres en el cementerio de la Capital, a los que pudo reconocer ya que estaban bien conservados. La mujer indicó también que los impactos de bala fueron todos por la espalda y la nuca; constatación que desmiente la versión de un enfrentamiento. El testigo tenía en su poder durante la declaración el acta de defunción de su hermana, en la cual se define, paradójicamente, como causa del deceso “anemia aguda por hemorragia aguda”. La familia Laudani pudo recuperar los cuerpos y llevarlos a Mar del Plata.

Rodolfo Humberto Orozco
Testimonio de un Forense

Rodolfo Humberto Orozco, en abril de 1977, recién había ingresado al Cuerpo Médico Forense como Encargado de Inhumaciones, dependencia que funcionaba en el Hospital Emilio Civit. La tarea del testigo consistía en hacer los trámites en el Registro Civil para que fueran sepultados los cadáveres NN, hacer las publicaciones pertinentes en diarios o en el Boletín Oficial y, con otros dos empleados, llevar los cuerpos al cementerio en una camioneta.

Orozco recordó que en abril de 1977 se encontraban en la cámara frigorífica de esa morgue cuatro cuerpos, dos femeninos y dos masculinos. Supo que un cadáver femenino venía de una Iglesia de Godoy Cruz y una pareja desde Guaymallén. En este caso, su jefe le informó que se trataba de una prostituta y su cliente. Relató que no vio cuando llegaron los cuerpos y no sabe cómo los trajeron, “en general llegaban en ambulancia”, dijo. No se les informaba si eran remitidos por fuerzas de seguridad, pero en especial en estos casos hubo un completo hermetismo y recibió instrucciones del director de no preguntar y de no hacer las publicaciones de rigor.

El testigo contó que tuvo en sus manos los documentos de tres de estas cuatro personas: Gladys Silvia Aparicio, Graciela Luján y Juan Gregorio Strechaluck. Uno de los cuerpos quedó como NN (posiblemente se trate del cuerpo de Luis López Muntaner). Agregó que supo por una compañera del Registro Civil que la madre de Luján había estado allí buscando a su hija. Mucho después se enteró de que se trataba de Ana María Moral.

Por la fecha, todo indica que los cuatro cuerpos a los que hizo referencia el testigo, tienen relación con los asesinatos verificados en la batida de abril del ’77 contra los militantes de la Juventud Peronista y Montoneros.

Finalmente, en respuesta a las preguntas de la Fiscalía, Orozco dijo no recordar en qué lugar exacto del cementerio fueron enterrados. Asimismo, informó que no tuvo conocimiento de casos similares, ya que al poco tiempo pasó a trabajar en las oficinas, y antes de terminar el año 1977 renunció, debido a que cayó en un estado depresivo por el tipo de trabajo.

José Osvaldo Nardi
Familia Numerosa

En el marco de la causa que investiga las detenciones y persecuciones sufridas por la familia Nardi, reconocida por su militancia en el peronismo de base, brindó una extensa declaración, José Osvaldo Nardi, quien vive en Brasil desde hace 30 años.

Los procedimientos practicados en Guaymallén, a poco de concretarse el golpe militar del 24 de marzo, dieron como resultado la detención de siete miembros de esa familia.

El 30 de marzo de 1976 la casa paterna sufrió un brutal allanamiento, encabezado por el teniente primero Navarro. En la ocasión fueron secuestrados José Vicente Nardi junto a su hijo José Osvaldo, quien testimonió en la fecha. La misma suerte corrieron su prima María Elena Castro y su esposo Francisco Jiménez Herrera, quienes casualmente llegaron de visita esa noche. Los cuatro terminaron detenidos en la comisaría 25º de Guaymallén, para luego ser trasladados al D2.

Según el testigo, un día después, en distintos lugares, apresaron a su tío Ricardo Castro, su hermana Susana y su esposo Osvaldo Aberastain. Respecto del destino de todos/as ellos/as, señaló que su padre José Vicente, Jiménez Herrera y Aberastain, luego fueron traslados al Liceo Militar, y Susana y María Elena, al Casino de Suboficiales, de la Compañía VIII de Comunicaciones. Nardi, permaneció 28 días en el Departamento de Investigaciones 2 –D2- y luego fue liberado.

De su cautiverio en ese Centro Clandestino, el testigo relató las torturas, vejaciónes y violaciones a las que fueron sometidos/as aquellos/as que pasaron por ahí. En el caso de las violaciones a las prisioneras, Nardi destacó que fueron de “carácter sistemático”. También contó que en los interrogatorios le preguntaban por personas que tenían en una lista y que en su paso por el D2 fue testigo de los tormentos sufridos por Nerio Neirotti, Alicia Peña, Reynaldo Puebla y Daniel Moyano; así como de la visita de un capellán de la policía, quien un domingo de Pascuas recorrió todas las celdas del D2.

Por último, relató que al salir en libertad se encargó de contactar a los familiares de aquellos/as que permanecieron en el D2 y el emotivo reencuentro con su padre, quien se hallaba detenido en el Liceo Militar, el cual fue definido por Nardi como un “campo de concentración”
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Las audiencias continúan el lunes 09 y el martes 10 de marzo, a las 9.30 hs.

Fuente: https://juiciosmendoza.wordpress.com/

La Quinta Pata

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