domingo, 22 de marzo de 2015

Audiencia 67: Identidad

Josefina Scala
Continuaron los testimonios por la desaparición de Laura Terrera y Alfredo Manrique así como el secuestro de su hijita y posterior apropiación. En la fecha declaró la tía materna de Laura, Josefina Scala; luego, Ana Miranda, vecina del matrimonio. Finalmente, Adriana y Sandra Videla, primas de Celina por parte de la familia apropiadora, develaron cómo investigaron y descubrieron su origen.

El 25 de julio de 1977 el matrimonio Terrera-Manrique desapareció sin dejar rastros, al igual que su beba de 8 meses, tras desembarcar en la Terminal de Ómnibus procedentes de San Juan. La niña nacida el 28 de noviembre de 1976, asentada como Celina Rebeca Manrique, fue entregada a un matrimonio que la crió con una identidad fraguada. En el año 2007 se confirmó que se trataba de la nieta recuperada Nº 87 y le fue restituido su verdadero nombre junto a la posibilidad de conocer sus raíces.

La tía cuidadora

Josefina Scala, tía y madrina de Laura Terrera, relató que se ocupaba de cuidar a Celina cuando su sobrina iba a trabajar, hasta que se produjo el secuestro de la pareja y su niña. Contó que la familia comenzó a buscarlos cuando no volvieron de San Juan adonde habían viajado para visitar a los familiares de Alfredo Manrique, aprovechando el feriado de Patrón Santiago. Fueron los familiares de Alfredo quienes les avisaron que el matrimonio había regresado a Mendoza el mismo día.

La testigo, al notar las ausencias, se dirigió, según cree, a la Seccional de Policía 7ma. de Godoy Cruz, donde le preguntaron la ocupación de la pareja. Cuando ella refirió que eran una maestra y un estudiante, le aconsejaron que fuera al Comando del Ejército. Allí le pidieron el domicilio del matrimonio; con ese dato los militares llegaron a la casa, la registraron y efectuaron un sondeo del pozo séptico. El operativo se realizó en presencia de la testigo. Ella pudo observar que se llevaron algunas cosas, papeles, nada de valor en ese momento.

El abuelo de Terrera, que residía en una vivienda anexa al mismo terreno, relató tiempo después, que uniformados volvieron otro día y no dejaron nada, saquearon la vivienda.

Scala destacó que la familia nunca pudo saber el destino del matrimonio Manrique-Terrera y su pequeña hija, aunque siguieron averiguando en dependencias del Ejército y recurrieron a algunos curas que solían ir a la Penitenciaría a ver a los presos. Las gestiones no arrojaron resultados.

La tía de Laura destacó que cuando se enteró de que encontraron a su sobrina nieta, Celina, ella había viajado a España y tiempo después se la presentaron en una reunión familiar. Actualmente no tienen una relación cercana.

La vecina no recuerda

Ana Estanislada Miranda, vecina del matrimonio Manrique- Terrera, quien todavía vive enfrente del domicilio que ellos habitaban en Benegas, fue convocada para que aporte en esta causa.

Ante las preguntas de la Fiscalía, la testigo declaró que a los únicos que conoció en su momento fue al Sr. Terrera, el abuelo de Laura que vivía con su hijo Marcelo y otro que no sabe su nombre. Nunca vio al joven matrimonio ni presenció o escuchó de un operativo de fuerzas de seguridad en esa casa. Tampoco recuerda el nombre de la familia que actualmente vive allí.

Adriana Edith Videla
“Laura era muy parecida a mi prima”

La tercer testigo en declarar fue Adriana Edith Videla, quien se afirmó como prima “no de sangre” de Celina Manrique Terrera. Su vínculo es a través de sus padrinos, el matrimonio Sánchez- Güiraldes, que apropió y crió a la joven.

Conoció a Celina, a la que sigue llamando Silvina, cuando la beba tenía entre seis y siete meses, y ella era una niña de diez años. La llegada de la nueva integrante de la familia le llamó la atención, por lo que al tiempo preguntó sobre su procedencia. La respuesta fue que los padres de la beba habían muerto, por ende: “vamos a cuidarla nosotros”, le dijeron.

Recordó que en cierta oportunidad, mientras jugaba a las escondidas debajo de una cama, escuchó una conversación en la que Sánchez le dijo a su mamá que “los papás de Silvina habían muerto, que ellos eran Montoneros”. La policía los perseguía – agregó- estaban escapando y murieron en un accidente y que la única sobreviviente era Silvina.

La testigo no sabe quién le entregó la niña a su padrino. En cambio, sí pudo indicar que está anotada en el Registro Civil de Chacras de Coria como nacida el 25 de marzo de 1977.

La testigo relató que muchos años después, cuando era ya adulta, mientras buscaba información en internet sobre la guerra de Malvinas y la dictadura, para la fiesta de fin de año del colegio en que trabajaba, se encontró con una foto de Laura Terrera que le impresionó por el notorio parecido con Silvina, una mujer ya. También había fotos del matrimonio, de la beba y declaraciones del padre de Laura. En ese momento intuyó que esa niña era Silvina. Así fue que decidió acercarse a Abuelas junto con su hermana Sandra. Allí conocieron a los familiares de Celina, quienes la estuvieron buscando toda la vida.

Al tiempo tuvo una charla con su madrina en la que le dijo que “Silvina tenía que tener su identidad y conocer a su familia, tenía el derecho de hacerlo”. La mujer le dijo que “se la entregaron” y que no pudo saber quién lo hizo.

Adriana Videla, a pesar de los costos que le impĺicó llegar a la verdad sobre la identidad de su prima en las relaciones familiares, afirmó “lo volvería a hacer si me volviera a pasar”. También pidió se trate con mayor delicadeza los casos de restitución de niños y niñas apropiadas.

Sandra Elizabeth Videla
Otra prima

La última testigo fue Sandra Elizabeth Videla, hermana de Adriana, quien declaró que tenía doce o trece años cuando conoció a Celina: “Mi tío nos presentó a Silvina en brazos, tenía entre siete u ocho meses”.

Sandra Videla agregó algunos datos al testimonio que brindó su hermana y afirmó que cree que todos los familiares de su tía sabían de dónde venía Silvina. Escuchó un comentario sobre el momento en que una persona llegó a la casa de su tía buscando a una beba y el clima familiar se alteró un poco. También escuchó que los padres de su prima eran guerrilleros que iban en auto y fueron interceptados y muertos por los militares, quienes después oyeron el llanto de un bebé, y luego se la entregaron a su tío. Además, dijo que su tío- que trabajaba en la empresa Agua y Energía- era muy asiduo al club de Chacras de Coria y tenía contactos con la policía de esa zona.

El juicio se retomará el lunes 06 de abril, en su horario habitual de las 9.30 hs.

Fuente: https://juiciosmendoza.wordpress.com/

La Quinta Pata

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